Los drow son criaturas malvadas subterráneas descendientes de los elfos.
Al declinarse por las fuerzas del mal fueron expulsados por los elfos del bosque hacia las cuevas del subsuelo.
Físicamente, un drow es muy parecido a un elfo, sobre todo en las manos alargadas y las orejas puntiagudas. Sin embargo, el drow tiene la piel oscura y el cabello muy claro, normalmente blanco. Son bastante delgados y no muy altos. Suelen vestir de negro y usar unas capas élficas especiales que los hacen practicamente invisibles en su entorno.
Los drow son seres de gran inteligencia que suelen hablar varias lenguas. Además, tienen un lenguaje silencioso basado en signos que practican con sus ágiles manos. Poseen cualidades propias de la vida subterránea, como la visión infrarroja, y también habilidades élficas, como la de detectar puertas secretas gracias a su asombrosa percepción de corrientes de aire.
En su sociedad matriarcal se respetan unas normas jerárquicas muy estrictas. Siempre que hay un grupo de elfos, por pequeño que sea, hay una líder. Ésta suele ser una guerrera-maga o una guerrera-sacerdotisa. Los sacerdotes, en su mayoría, mujeres, tienen mucha importancia en la sociedad drow, y adoran a una diosa oscura llamada Lolth.
Los drow son seres malvados que siempre están en conflicto. Para sus combates portan armaduras y escudos de adamantina, y también usan dagas y espadas. Para vencerles hay que conocer su punto débil; la luz brillante. Llevan tantos años sin que ver el sol que la luz directa les resulta cegadora.
Viven en cuevas subterráneas donde han construido inmensas e impresionantes ciudades de piedra y otros minerales. Estas ciudades son refugio para criaturas malignas que habitan también en el entorno subterráneo. Sus enemigos principales son los enanos, con los que comparten hábitat.
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